El tondero como canto es instrumento comunicador de todo tipo de experiencias. En él se reflejan historias de amor, desamor, el trabajo, la gastronomía, los paisajes, el sentido del humor, la injusticia, las costumbres.
El baile posee un efecto constraste. Existe una marcación de terreno en el cual hombre y mujer realizan careos, acercamientos, jugueteos. La dama incita y a la vez huye pero en su sonrisa se nota el disfrute de esa persecución.
Cuando se llega a la fuga, ambos demuestran su habilidad y espontaneidad corporal. Aquí, ambos interactúan en universo de sensaciones donde ejecutan movimientos creativos con los pies y el pañuelo.
La mujer norteña es ágil y curiosa; vislumbra a su pareja con sugestivos contorneos mientras mira sensual y sonríe inocente.